Te explicamos lo que es Internet de las Cosas, su historia, la aplicación al negocio y cómo te puede ayudar en el mismo.

 

Una de las tendencias tecnológicas con más impacto mediático del momento (con el permiso de los drones) es Internet de las Cosas. También llamado IoT, es la nueva piedra filosofal de la tecnología y todo lo que pasa por sus siglas se convierte en un producto de moda.

Y es que Internet de las Cosas es precisamente eso: objetos conectados entre sí mediante la tecnología, capaces de capturar datos sobre el entorno para analizarlos y extraer información, ya sea activando un equipo de riego en una plantación, o encendiendo una caldera en un sistema de calefacción central.

Además, Internet de las Cosas permite controlar estos objetivos de forma remota e interactuar con su entorno, ya sea activando un equipo de riego en una plantación, o encendiendo una caldera en un sistema de calefacción central.

Si eres una empresa en busca de oportunidades de negocio, el IoT puede ayudarte a ofrecer servicios de valor añadido a tu portfolio de soluciones.

¿Cómo funciona?

Un ejemplo claro de objeto conectado sería un smart meter o contador inteligente para medir el consumo de electricidad. Este contador IoT dispone de un mecanismo para medir el consumo de energía, convirtiendo esa medida en datos que se codifican en forma digital y se envían a través de la conexión de Internet a una base de datos en la nube de la compañía energética proveedora del servicio. 

Otro ejemplo sería una bombilla conectada, sea en casa o en una luminaria del sistema de alumbrado de una ciudad, donde es posible enviar una orden codificada en forma digital para encenderla, apagarla o regular su intensidad.

¿Pero de dónde viene el IoT?

Ya en los años 70 se empezaron a usar tecnologías para hacer que las máquinas “hablasen” entre ellas sin intervención humana.

M2M (Machine to Machine) es la base tecnológica del IoT y su cometido es ofrecer soluciones nuevas a negocios tradicionales o emergentes. Las plantas de producción de automóviles, por ejemplo, se gestionan a partir de sistemas M2M. El control de las granjas solares y parques eólicos son otro ejemplo de aplicación del M2M. O la gestión de la iluminación urbana con luminarias conectadas.


El coche conectado, el hogar conectado, la agricultura, la logística e incluso la industria textil dependen ya, o empiezan a depender de Internet de las Cosas dentro de un movimiento de carácter general que se ha dado en llamar Industria 4.0.

¿Qué puertas abre el IoT?


Internet de las Cosas es una puerta abierta a un mercado global donde los costes necesarios para poner a andar una idea de negocio pueden adaptarse de un modo racional y escalable a los clientes que vayamos consiguiendo. Y no tienes por qué ser una gran empresa para abrirte camino: puedes desarrollar una solución que encaje en el rompecabezas de las Smart Cities, por ejemplo, para abordar un problema pequeño y concreto dentro de un escenario mucho más amplio.

Toma el caso de Urbiotica. Fundada en 2008 como empresa de consultoría informática, desde 2015 es la encargada de desplegar un sistema de aparcamiento inteligente en Castellón dentro del contexto de las Ciudades Inteligentes.


Ahorro de costes de mantenimiento 


El coste operativo es una variable que afecta al precio de los productos y servicios o al margen de beneficios que se obtienen en un negocio en Internet de las Cosas permite reducirlo en algunas situaciones. Es una dimensión del IoT que se aplica más a las empresas grandes, pero que también supone una oportunidad para las empresas pequeñas si desarrollamos soluciones que permitan a esas grandes compañías reducir sus costes operativos. 

La gestión de infraestructuras, por ejemplo, se puede simplificar enormemente con el despliegue de soluciones M2M. Sin ir más lejos, las compañías energéticas pueden instalar sensores en sus infraestructuras y redes de distribución que avisen de forma instantánea acerca de cortes en el suministro o averías que, de otro modo, requerirían de una inspección “in situ”.

También hay casos en los que, a partir del despliegue de soluciones M2M para optimizar el mantenimiento de infraestructuras, se pueden ofrecer mejores servicios en aspectos como la atención al cliente, automatizando la detección de averías y su resolución. O permitiendo a los clientes saber dónde está en todo momento un paquete enviado por una empresa de mensajería.

El 5G comunicará personas y objetos

 

Internet de las Cosas se ha convertido en la piedra angular de los avances tecnológicos del futuro cercano: 5G, la siguiente generación de comunicaciones móviles, se está diseñando con el IoT en mente, de modo que las comunicaciones móviles estén optimizadas para que los objetos hablen entre ellos de un modo más eficiente. La siguiente revolución industrial, llamada Industria 4.0, también tiene en el IoT uno de sus habilitadores principales, conectando el mundo físico con el digital a través de sensores y actuadores conectados con plataformas cloud.